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Mascaradas mezcla de tradición y folclore

  • Foto del escritor: Santa Ana Hoy
    Santa Ana Hoy
  • 2 oct 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 14 oct 2022


La Mascarada Santana es tradicionalmente la encargada de llevar el folclore a nuestró cantón con sus grandes figuras elaboradas por Julio Solís, mascarero de la Mascarada Santana y Su Cimarrona, quien también es locutor y presentador de Multimedios. Fotografías tomadas del Facebook de la Mascarada Santana y Su Cimarrona.


Esta muestra cultural costarricense constituye una de las tradiciones más queridas y arraigadas entre los ticos.


¿Sabía usted que las famosas mascaradas ya son un símbolo nacional? Así es, la famosa Giganta, La Llorona, Los Diablitos, La Segua, la Bruja y muchos otros personajes más que han sido inspiración para esta tradición tan nuestra, ya forman parte de los símbolos nacionales de Costa Rica.

Las mascaradas se han convertido en uno de los ingredientes predilectos para animar las fiestas patronales, turnos, ferias y cualquier otro festejo con un sazón muy tico, al ritmo del “fara fara chin” que entonan las cimarronas.


Cada 31 de octubre desde 1996, se celebra el Día Nacional de la Mascarada Costarricense.


¿Quién no ha sido perseguido por el Pisuicas, asustado por La Segua, perseguido por La Giganta? Estas enormes figuras elaboradas gracias al talento de muchos artesanos costarricenses, son creadas con materiales como barro, madera, papel o yeso, y son las encargadas de continuar esta tradición, llenando de alegría cualquier ambiente.


La esencia de la mascarada


Ponerse en los zapatos de un personaje de mascarada no es nada fácil. Hay que estar listo para corretear a grandes y pequeños con una traje pesado y tener la energía suficiente para bailar al ritmo de la cimarrona.


Los “mantudos” o “payasos” son los encargados de ponerse el traje y darle vida a estos gigantones costarricenses.


Dentro de los personajes que nunca faltan están el Diablo, el Padre sin Cabeza, la Giganta quien según cuentan, está inspirada en las señoras “platudas” de la Costa Rica colonial.

Origen de las mascaradas


La historia de las mascaradas en Costa Rica se origina en la época colonial en honor a la Virgen de los Ángeles en Cartago, cuando esta provincia era la capital de nuestro país.


Esta nueva giganta de colorida sombra de ojos verde fue estrenada para la celebración de las Fiestas de Santa Ana 2022, en total la Mascarada Santana cuenta con tres Gigantas. Fotografías tomadas del Facebook de la Mascarada Santana y Su Cimarrona.


Rafael “Lito” Valerín era un artesano de la zona de Cartago, él fue el desarrolló a la primera “Giganta”, haciendo una máscara sobre un armazón de madera para darle la sensación de gran tamaño.


Valerín nació en 1824 y trabajaba en la talla de jícaros para hacer marionetas, instrumentos musicales como guitarras, violines, bandolinas, marimbas y, también, arreglaba sombreros.


“Lito”, como le conocían, tocaba todos los instrumentos a oído y era devoto a la Virgen de los Ángeles, por lo que colaboraba en los actividades y quehaceres de la Iglesia.


Un día “Lito” estaba en el templo católico donde encontró un baúl, que contenía unas máscaras de cabezas de origen español. Le dio susto que lo vieran y cerró dicho objeto. Sin embargo, en una esquina del lugar en la que se encontraba, vio otra de esas cabezas y pensó que era una especie de mensaje de la Virgen, y decidió hacer con esa cabeza un cuerpo con un armazón de madera y “así confeccionó una “Giganta”, según han contado en repetidas ocasiones los hermanos Avelino y Guillermo Martínez.

Esta tradición que data según los historiadores desde el Siglo XVII, combina tradiciones españolas y aborígenes; mezclando las fiestas típicas de la época colonial con los rituales amerindios.


Al ser una tradición tan arraigada se consolidó como una alternativa al popular festejo anglosajón de Halloween, por ello se propuso festejar el Día Nacional de las Mascaradas de Costa Rica el 31 de octubre.


De esta manera se promueven las costumbres costarricenses y se incita a mantener viva esta muestra cultural.


Nuevos artesanos

Jesús Valerín quien era hijo de don “Lito”, preservó la tradición y dedicó su vida a la fabricación profesional de mascaradas, modeladas con arcilla, papel, yeso y alambre.



Los hermanos Martínez explican que “A partir de 1910, con el terremoto de Cartago, desaparecieron las mascaradas. En 1912, para levantar los ánimos a raíz de dicho fenómeno, Jesús Valerín organizó el primer carnaval en Cartago con todas las máscaras que poseía. Luego, con esa mascarada se hicieron las fiestas agostinas en la plaza de la Basílica y en la iglesia en el barrio Asís de Cartago.”


Al llegar a la vejez y como acto de preservación de las mascaradas, Jesús decidió vender los moldes a los hermanos Pedro y Manuel Freer, ellos conservaron la tradición y la llevaron por primera vez a las fiestas de San José, en Zapote.


Eso permitió que otros artesanos surgieran y pudieran dedicarse al arte de la confección de mascaradas.


Distintos personajes son la inspiración para continuar con esta tradición, dentro de los cuales no puede faltar La Segua. Fotografías tomadas del Facebook de la Mascarada Santana y Su Cimarrona.

En la actualidad algunos mascareros realizan obras inspiradas en personas reconocidas a nivel nacional o internacional, así como en personajes de la cultura popular; músicos, dibujos animados, personajes de series o películas, entre otros.


Sin embargo, muchos artesanos no están de acuerdo con esto, ya que dicen que las figuras populares carecen del sentido de tradición y pertenencia autóctona del costarricense.


Fotografías tomadas del Facebook de la Mascarada Santana y Su Cimarrona.

Fuente: Sicultura

 
 
 

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